miércoles, noviembre 01, 2006

La casa de mamá

En una tarde como esta se podrían hacer muchas cosas. Pero prefiero quedarme dentro, no salir a disfrutar de el sol que adorna el cielo y calienta la tierra. El clima está muy agradable, concuerda con el ambiente primaveral que se respira en el aire. Desde la ventana se puede ver todo lo que pasa en la calle. Entre el polvo que levantan los autos y los pozos, niños que quieren jugar al fútbol. Los arcos los marcaron con dos piedras, y los midieron para que quedaran iguales dos niños contando cinco pasos.
.
Siguiendo el ritual, los niños hacen pan y queso para elegir los equipos. Quedan cuatro para un lado y tres para el otro. Antes de empezar el partido se escucha un grito, golero peligro, dice uno de los chicos que juega en el equipo desaventajado numéricamente. Ya con todos en sus puestos comienza el partido. No sé los nombres de los chicos, así que no lo voy a relatar. El partido terminó cuando la mamá de alguno de ellos los llamó a tomar la leche, ganó el equipo de los cuatro.
.
Nuevamente vuelve a la tranquilidad la calle, donde cada tanto transitan motos, bicicletas y algún que otro auto. La música suena de fondo. Serena todo el ambiente, y en medio de todo me vuelvo a recordar. Vienen a mi cabeza momentos de una infancia pasada, que dejo atrás tan rápidamente que desconcierta. Como en antítesis de la música que escucho, que ambienta otros momentos. Los ladridos de los perros me traen de vuelta a la realidad, seguro debe haber pasado alguien caminando por en frente a casa, y mientras me asomo a la ventana pienso, otro día normal en la casa de mamá.

5 comentarios:

pUbLiFrEaK dijo...

preso y bloody, escucho sus pedidos, uno lo cumplo. el otro no. pido disculpas!
proximamente se viene el artículo de la última coca, pero mientras, sepan esperar.

Salú!

Anónimo dijo...

yo podría ponerle de título la casa de la abuela y sería bastante parecido a lo que vos contás.

los mejores momentos de mi vida los pasé en la famosa "casa de anzani", donde tenía a mis amigos del barrio. Pasábamos horas jugando a la pelota, a la mancha, al cordón, a la escondida. Andábamos en bici y jugábamos al conejo de la suerte jeje

Y yo tenía un novio que curiosamente se llamaba diego jeje

Y el tiempo se fue volando, el tiepmo no para !!!
Hoy ya no juego más en la calle y a mis amigos del barrio ni los veo, sólo de vez en cuando si pasan por la puerta o yo paso por su casa, pero es pura casualidad.

A veces me dan ganas de volver para atrás a jugar a la escondida
de festejar mi cumpleaños con ellos y después con ustedes en el paddle de la scuola
jejej

que tiempos aquellos
nos estamos poniendo viejas !

nos vemos mas tarde ;)

besos

Bloody dijo...

Ohhh muuuy bueno. Y cuando venga el post de la Coca, estaremos firmes acá haciendo el aguante...
jjajaja terrible plancha

Bueno, saludos

Lebowski dijo...

Tu post me hizo acordar a los avisos de Vascolet o Ricao, o dulce de leche o mermelada. Esa es mi visión poca metafísica del texto.
Otra cosa es que me hizo acordar muchisimo al poema “Tabaquería” de Pessoa. Sobre todo en esa parte final en la que al ver pasando a la gente el mundo real se te vuelve sobre el de la imaginación. Tabaquería termina justamente así:

“El hombre ha salido de la tabaquería (¿metiéndose el
cambio en el bolsillo de los pantalones?).
Ah, le conozco: es el Esteves sin metafísica.
(el propietario de la tabaquería ha llegado a la puerta.)
Como por una inspiración divina, Esteves se ha vuelto y
me ha visto.
Me ha dicho adiós con la mano, le he gritado ¡Adiós,
Esteves!, y el Universo
se me reconstruye sin ideales ni esperanza, y el propietario
de la tabaquería se ha sonreído.”

Es un gran poema gran. El mejor. Y me honraría mucho que lo leas vos y toda la gente de blogger. Si les embola buscarlo en google, yo se los mando por mail.

pUbLiFrEaK dijo...

Atilum, lo aprovecho cada vez q puedo, es distinto, pero a veces me mata el polvo, jaja.

Salú!