El gran escape

El tiempo corría y Blue Boy continuaba intentando soltarse de las cadenas que lo ataban a la torre. Desde un lugar no muy lejano, NicoSaurio observaba la torre esperando que despegara. Según su reloj faltaban tan sólo cinco minutos para que por fin Blue Boy desapareciera de la faz de la tierra.
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Poco a poco Blue Boy consiguió quitarse uno de los guantes, con lo que pudo congelar las cadenas. Utilizó su fuerza de sumo para romper las cadenas que lo aprisionaban en el interior de la torre. Atravesó una de las paredes y salió volando en búsqueda de NicoSaurio.
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Buscó el dinosaurio verde que se veía desde cualquier punto de la ciudad.
Pocos segundos después, NicoSaurio y Blue Boy se vieron nuevamente enredados en una pelea. Fueron y vinieron patadas y rayos. Pum, paw, pow, fue lo único que se escuchaba. Finalmente, Blue Boy consigue congelar a NicoSaurio.
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Con NicoSaurio fuera de combate faltaba solucionar el problema del cohete. En ese momento Blue Boy se vio enfrentado a un dilema, mandaba a NicoSaurio al espacio o intentaba salvar la torre, icono de Italia.
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Mientras se decidía, el reloj seguía corriendo, por lo que le quedaba dos minutos para tomar alguna acción. Tic tac, tic tac, sentía en su conciencia Blue Boy. El nerviosismo lo hacía sudar, gotas le caían por el rostro. Finalmente lo vio muy claro. “Si me libero de NicoSaurio habrá un maleante menos que combatir en el mundo” dijo, Blue Boy.
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Para poder llevarlo a la torre tenía que sacar el cuerpo de NicoSaurio del robot, porque los dos no entraban en ella. Entonces, rompió la ventana desde donde NicoSaurio manejaba el robot y, lo sacó.
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Ya quedaban sólo treinta segundos. Salió volando del robot y ató a NicoSaurio a la misma columna que antes estuvo Blue Boy. En ese momento, NicoSaurio despertó y, tomó a Blue Boy por el brazo hasta que comenzó a sentir un temblor y, una cuenta regresiva que indicaba que quedaban tres, dos, uno. El cohete despegó con Blue Boy y NicoSaurio adentro.
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Momentos antes de atravesar la primera capa atmosférica Blue Boy se liberó de los brazos de NicoSaurio y logró salir volando por una ventanita de la torre.
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A fin de cuentas el bien triunfó, Blue Boy realizó un gran escape; el mal, es decir, NicoSaurio quedó dando vueltas en el espacio. El superhéroe regresó a Epson Ville sano y salvo para seguir protegiéndola de otros malhechores.